La hija del fletero
La hija del fletero, linda infinita
volvió a Madrid, donde parece que es
feliz
ese día me mandó al descenso
recuerdo cómo su mirada me volteó.
Pero dos que se quieren se dicen
cualquier cosa
Ay! si pudieras recordar sin rencor.
En mi buzón hay un par de cartas suyas
fueron juntándose, y no tengo el valor...
Todavía su amor me da descargas
(nunca tuvo el higo seco junto a mí).
Pero a los ciegos no le gustan los sordos
y un corazón no se endurece porque sí.
No calentás la misma cama por dos noches
me reclamaba y no la quise oír
hice de todo por impresionarla
y dejé huérfano todo su penar.
No me gustó cómo nos despedimos
daban sus labios rocío y no bebí.
Sopa de almejas es todo lo que como
(siempre fui menos que mi reputación).
Solari/
Beilinson (Patricio Rey y sus redonditos de Ricota)
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